Titiritera
Esta es la historia de una gatita muy especial, hace algunos años estuvimos esterilizando todas las gatas de las colonias para controlarlas, y quedó una, una gata, que llamábamos la cachorra, a ella no conseguimos cogerla para esterilizar, y tuvo bebes, uno de esos bebes, ella, la Titiritera, de pelo rojo y con el rabo corto y girado, cuando tenia unos meses vimos que tenia una infección en el ojo, mucha legaña y sucio, no conseguimos cogerla para llevarla al veterinario, ni jaula trampa, ni con comida, recuerdo que pusimos un transportín y le atamos a la puerta una cuerda y desde arriba, para que no nos viera esperábamos a que entrara para cerrar la puerta y poder cogerla, y nada, con el paso del tiempo el ojito se seco, no tenia vista a través de él, pero no tenia infección, ella quería jugar con nosotras, pero era desconfiada, se venia a la puerta a pedir comida, y se plantaba en el cristal, muchas veces solo lo hacia para jugar, tenia una forma de jugar curiosa, era un espectáculo verla, por ello su nombre, cuando ya era una gata casi adulta, apareció otra gata de repente en la colonia, una gata tricolor, Tica, una gata también desconfiada, pero que parecía venir de un hogar, aunque nunca encontramos a nadie que la buscara.
Se hicieron amigas, jugaban juntas, se acercaban a las mesas de la terraza para que le dieran comida, además la Titiritera era muy desconfiada de la gente, pero no se asustaba fácilmente, de echo se tumbaba en la terraza aunque hubieran perros, a veces parecía una provocadora, era muy inteligente.
A pesar de que solo tuviera vista por un ojo, una vez cazo un búho y nos lo trajo, era joven y por suerte no le hizo daño, recuerdo cundo le cogí el búho de la boca, pensé que estaba muerto, por que estaba completamente quieto, empece a mirarlo y se movió, así que cogimos el coche y lo llevamos al centro de recuperación del saler.
Ella nos había ganado el corazón y nosotras poco a poco nos ganamos su confianza, no pudimos hacer nada por su ojito, pero si darle amor, un hogar, que no le faltara nada, y se empezó a dejar tocar, y era como si siempre hubiera sido una gata super mimada y dócil, era un sol, siempre venia a recibirnos con sus maullidos, nos demostró mucho amor y cariño, después de unos años felices con nuestra familia, se puso malita, un día por la mañana no estaba bien, y fumos al veterinario, le sacaron sangre para unas analíticas y volvimos a casa, no estaba bien, pero al anochecer empezó a empeorar rápidamente, corrimos al veterinario, pero ya no pudimos salvarte, y aunque no es consuelo, no estuvo sola, la acompañamos en sus últimos alientos, e intentamos que sufriera lo mínimo posible, siempre estará en nuestros corazones.