El rescate de Coco (Parte 1)

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Era el sábado 05 de abril de 2020, estábamos en plena pandemia por coronavirus, en estado de alarma, yo vivo en Gandía, pero, como habitualmente me quedaba en Daimús, por motivos de trabajo y por estar mejor, decidí que pasaríamos el confinamiento en Daimús, Isis, Indy, Spoty y Koshka, (mis niños de 4 patas), con mis Padres, Pepe y Paqui, mi hermano Paco, y con Iris, Fosca, Esla, Titiritera, Tica y Mishu (sus niños de 4 patas), y si, somos una familia bastante numerosa, jeje.

Eran sobre las 10 o las 11 de la mañana y mi padre y yo habíamos salido a pasear con Isis y con Elsa, por un camino entre huertos que tenemos cerca de casa, y a mitad camino escuchamos una especie de gruñido, prestamos atención y descubrimos que salía de una acequia, una acequia es una tubería de riego para los huertos, esta va bajo tierra, el ruido salía de ahí, mi padre supo rápidamente que se trataba de un jabalí, hicimos vídeos con flash con el móvil, metiendo la mano todo lo que podíamos, pero no se veía nada, había corriente de aire eso sí, nos volvimos a casa a por comida, mazana, pan de cereales, zanahoria y pusimos trozos.

En el video podeis escuchar lo que oiamos…

Llamamos a las autoridades para explicar la situación y poder sacarlo,y nos dijeron que nos avisarían para que les indicara donde estaba.

Poco más tarde me llamaron y tras indicar donde estaba y escuchar los sonidos que emitía, me dijeron que el podría salir de ahí solo, que los jabalíes saltan mucho, y que ellos pueden, a lo que le comente que si era pequeño o si estaba herido, quizás no podría salir, su respuesta fue contundente: “ ten claro que aquí no va a venir nadie a sacarlo”.

Un escalofrío y una sensación de impotencia recorrió mi cuerpo, fingí aceptarlo y salí del camino tras ellos.

Esto no podía quedar así, había una vida que necesitaba nuestra ayuda y no podíamos quedarnos de brazos cruzados y dejar que muriera, estábamos dispuestas a hacer lo que hiciera falta. Volví a ir, busque el otro orificio de salida, y lo encontré un poco mas abajo y mediéndome por un camino pequeño de tierra ente huertos, avise a mi padre y volvimos a hacer vídeos con el móvil, y ahí pudimos verla, era tan pequeña, tan inocente… pusimos comida en esta zona también, vimos que era físicamente imposible que ella pudiera salir sola de ese agujero, así que mi padre ideo una escalera con trozos de hormigón y piedras que habían en la zona, repartimos la comida por la entrada del agujero, por la escalera y por fuera, y nos fuimos esperando que pudiera salir.

 

Tras hacer la «escalera».

 

Vimos también que uno de los conductos a la acequia estaba abierto y que posiblemente por ahí había podido caer, así que lo cerramos para evitar que volviera a pasar. En un par de horas volveríamos a ver como estaba la situación…

Cerrando el agujero, para que no volviera a suceder.